domingo, 4 de octubre de 2009

DOMINGO MAYOR V



Fin de jornada.

En la fila quedan pocas personas.

En la sala de espera, otras cuantas.

Fue un domingo extenuante, cansativo, pero compensador.

Es satisfactorio ver a las personas con un rostro que emana la tranquilidad de un deber cumplido.

Deber consigo mismo, pero, sobre todo, deber con el país.

Sin duda, es el día en que más personas nos visitaron.

Nos vamos a la oficina, para el contaje final.

En menos de una hora, daremos números.